“La Trampa” se le ha llamado al lugar donde doña Sofía tuvo su última residencia en la Villa de San Sebastián del Departamento de Retalhuleu. En tiempos que las carreteras eran de terracería y los primeros vehículos transitaban entre la ciudad de Retalhuleu y Quetzaltenango, el camino hacia Xelajú pasaba frente al lugar donde ella vivió, quien tenía establecida allí una pequeña tienda. En ese tramo del camino que subía hacia el norte por la 1ª. Avenida, en invierno se formaba un gran lodazal muy difícil de pasar para los vehículos, razón por la cual se le llamó “La Trampa”. Estaba en la cuchilla que actualmente forma la 1ª. Avenida y la 5ª. Calle de la zona 1 (Cantón Ixpatz) de San Sebastián, en la entrada sur de la Villa viniendo de la ciudad de Retalhuleu.
Doña Sofía nació en Tecpán, Chimaltenango, el 30 de septiembre de 1880 y falleció en San Sebastián, Retalhuleu, el 4 de junio de 1984 a la edad de 104 años. Era la mayor de cinco hermanos con quienes quedó huérfana de padre y madre a la edad de diez años.
Fue una de las primeras Adventistas del Séptimo Día en la zona, y a pesar de no haber asistido a la escuela aprendió a leer y escribir usando la Biblia. Solía recitar salmos y partes de la Biblia de memoria. También se preparó como enfermera empírica.
Contrajo matrimonio con el señor José Alberto Mazariegos Yancor, originario de San Carlos Sija, Quetzaltenango, quien falleciera accidentalmente en San Sebastián, al haber sido corneado por un semoviente. Los esposos Mazariegos Montúfar procrearon a Francisca Delia, José Alberto, Andrés Neftalí y Miguel Ángel, quienes nacieron en San Sebastián.
Don José Alberto Mazariegos Yancor trabajó en la Guatemala Railways Company que en 1912 se convirtió en la International Railways of Central America -IRCA-, compañía propietaria de los ferrocarriles que en esos tiempos funcionaban en el país y que finalmente pasó a ser Ferrocarriles de Guatemala –FEGUA-. Los esposos Mazariegos Montúfar fueron propietarios de la Finca Xelajú, la cual fue vendida después de la muerte de don Alberto. También fueron propietarios de varios terrenos y camiones.
Les compartimos dos fotografías de doña Sofía. La primera fue tomada en 1964, pero ignoramos el año que fue tomada la segunda. Estas dos fotografías son una colaboración de Silvia Sofía Mazariegos Villatoro, nieta de los señores Mazariegos Montúfar.
También incluimos dos fotografías recientes de la esquina donde se ubicaba su casa, que actualmente ya no existe, colaboración de Regina Aurora Aquino Arenas.
Gente del Samalá agradece la ayuda de las señoras mencionadas anteriormente, así como los aportes hechos por las señoras Ana María Mazariegos Arenas y María Teresa Castañeda Piedrasanta, nieta y bisnieta de doña Sofía respectivamente, para la redacción de esta reseña histórica.
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